Bitácora Chinkun

Empiezo esta bitácora para registrar mi testimonio como un sujeto que tal vez esté infectado de la "Bonebreak fever", como la llaman los gringos.

Aunque no he confirmado por mi mismo que sufro del mal chinkunguyesco, (cuando me salgan pintitas estaré convencido), considero que es mejor seguir la premisa de queen verdad lo sea y empezar a documentar temprano.

Bitácora cuasi-chinkungunyesca.
Día 1:

Abrí los ojos y fui bienvenido hoy al mundo como si mi cama me hubiera propiciado todo tipo de golpes. A considerar, que no dormí mi cuota y ya el aspecto de haber sido atropellado por un tren que carga un barco carguero sin ensamblar me acompañaba.

Todos concuerdan en que tengo el afamado mal de la Chinkungunya. Mi madre, mi hermano y mi novia encabezan la comitiva médica especializada en caso de desastre que me ha diagnosticado semejantes mal.

Dolor en el tobillo derecho,  la rodilla izquierda, la espalda baja, en el hombro izquierdo y presión en el esternón son los síntomas físicos que me asedian, acompañados de una leve fiebre en 38 y el sentimiento de cansancio y peso sobre el cuerpo.

"En los brazos de la fiebre" como ha dicho Búnbury y he dicho yo mismo; así me he pasado el día, tratando de decirle a ese fantasma invisible que se aleje de mi.

Anoche dormí poco, y me había dado un golpe haciendo una voltereta en el teatro. Estos han sido factores agravantes de mi condición, que aunque aún dudo que se trate del virus del "hombre doblado de dolor", he tomado las precauciones de lugar: Acetaminofén, muchos líquidos, y descanso.

Mi novia vino a cuidar de mi (es hermosa en todo el sentido de la palabra ;p). Sé que en su corazón Chikun (porque ella sí tiene su mal confirmado), me desea lo mejor y espera que libre este obstáculo que ahora en día es tan común.

Al final de la tarde mi estado evolucionó a dolor de riñones, y dolor de cabeza (por discutir con mi vieja sobre si debería quedarme o emigrar a Mao), acompañado de ese ardor en los ojos que augura una fiebre implacable.

Mi nuevo hobbie: Cover De locos RHCP Snow

Cicatriz

Y estás sentada en tu rincón, llorando sin poder aceptar la vida.

Ten cuenta, que se está notando que ya no eres feliz y que no sonríes. 

Sángrame, que sé que no te alcanzan las palabras.

Sácame, sácame de tu ser como una bala,

que acabó con la vida que llevabas, 

que secó las hojas de las ramas, 

que derribó el árbol de tus ansias.

No sufras más, te veré del otro lado.

Y estás vagando por un camposanto, nadando en un mar de cicatrices.

Encierra en ti tus ganas y dale las llaves al diablo,

escupe mi veneno, yo beberé tu sol,

dibújate en mi piel y olvídate que existo.

[Monólogo de una lesbiana]

No eres tú, soy yo.

¿Qué soy? ¿Qué soy si no una bella flor, delicada… dependiente? No soy ni un pensamiento más que una rosa ordinaria que espera a su clavel, una criatura divina  con propósito, dirección y rol definido por el creador… ¿O no lo soy?

Tal vez su obra no sea suficiente para mí. Tal vez ser hembra de varón no sea suficiente para mí.

Le soy infiel a mi propósito con la luz de la luna que traspasa mi cuerpo y se escurre entre mis rodillas cada cuarto sábado o domingo.

No me importa ese papel tan trillado y ordinario que escribieron para mí escritores tan antiguos como el tiempo mismo. No me importa que no me paguen la cena, y que no tenga que depender de un hombre para mantener las puertas abiertas en mi vida.

No me importa que mis cristianos padres sean tan ingenuos como para decir que su hijita aún no “ha tenido la suerte” de encontrar un hombre que le recuerde que es débil, frágil, sentimental… Mujer.

No me importa quedarme sola y “jamona”, si no me interesa un pecho rústico y peludo junto al cual acostarme después de fingir un orgasmo.

No me importa lo que piensen todos, o el derecho que sientan que tienen para regir sobre mi cuerpo y sobre a quién dejo entrar en mí.

Lo que me importa... Es tu sonrisa cuando te recuerdo que te quiero, el dulce olor que siempre luces, como vivimos juntas, y como juntas simplemente somos.

Lo que me importa es que te asustes si conoces tu lugar real en mí. Que sepas que virtualmente no existe mejor amiga y amante que desearía recibir entre mis piernas, sobre mi cuerpo, devorando mis senos y bebiendo de mí.

Lo que me importa es que me destierres de tu vida al saber que te deseo, que quiero recorrer el salvaje océano de tu cuerpo en el bote de mi boca, remando en ti con mi lengua, saboreando cada uno de tus poros.

Odiaría perderte… que todo sea extraño entre nosotras, que ya no se reconozcan nuestros cuerpos. Que estemos lejos y que tu nombre sea sólo un motivo para arrepentirme de romper mi silencio.

Y aunque me duela… solo por ti… odio ser mujer.

Libertad

Seguridad, aplomo, ese sentimiento de que vales algo en la vida, de que no sólo eres uno más, de que tienes derecho a resaltar entre los demás haciendo las cosas bien y utilizando tus destrezas específicas, saber qué debes hacer y cuándo debes hacerlo.

 Sentir la capacidad de mantener la calma ante las amenazas, saber que las decisiones son propias e independientes de cualquier vicio, tener un objetivo y la determinación de alcanzarlo, fijar un rumbo con la disposición de cambiar de ruta para alcanzarlo, tener la sabiduría para decidir cuál salida usar.

Saber tratar a la gente, leer sus verdaderas intenciones, descubrir que el mundo es un organismo cambiante y espontáneo sin límites en cuanto a las coincidencias. Saber que un respiro no es un descanso, sino un punto de partida para otro proyecto, desatar la creatividad y encontrar refugio en las cosas más simples.

Aprender a sentir los sonidos, cerrar los ojos y vivir un mundo totalmente diferente al pasado, descubrir en la curiosidad la fuente de la imaginación, sentir que el piso se aleja de los pies cuando se respira hondo y se aceptan los pensamientos esporádicos en su forma más primaria y cruda.

Apreciar el cuerpo como el vehículo de sueños que realmente es, entender sus límites y saber decidir cuando es necesario cometer un exceso. Excluir la mente de los pensamientos inconscientes de los otros, respetar lo suyo y esperar que respeten, desechar a los indeseables.

 Aceptarme.

Hoy

Desprenderse de los sueños por un beso más que vívido, también sentido por la persona con la que soñaste. Desprenderse de la cama al ritmo de canciones de las que no les puedes poner atención a la letra, para ser atormentado en la totalidad del día. Desprenderse de una relación por ser lo inmediatamente sincero de confesar una indiscreción el mismo día que fue cometida. Desprendese de la vida actual para pensar nostálgicamente si vale la pena revivir un viejo amor. Desprenderse del contorno de la vida para sumergirse por un momento en la laguna de la duda sobre las cosas, si son como son o no son en realidad. Desprenderse de la satisfacción que debe traer la honestidad sabiendo que una herida fue causada a un ser más o menos querido. Desprenderse de la humanidad que nos persigue para sentir que los actos cometidos son los correctos caiga quien caiga. Desprenderse del buen sueño por el bien de los otros. Desprenderse del tiempo propio para hacerlo de otras personas que nunca harían lo mismo. Desprenderse del presente para adherirse al futuro inmediato que dicta el comportamiento. Eso es hoy.

Vestigio.

Tirado, con ojos sombríos y sin mucha vida, me atrevo a recordar aquellos tiempos en los que habitaba color en mi reflejo del espejo. Sentimmientos que creí disueltos y ya inexistentes han demostrado haber sólo estado ocultos, bajo las alfombras de mi mente, o en sus lugares sombríos. Residiendo como ratas en mi granja se han reproducido y han tomado fuerzas, han venido disfrazados de sentimientos gratos sólo para acercarse lo suficiente como para sujetarme y adherirse al peso de todo lo que causa el martirio y guerra en mi cabeza.

Confusión, oscuridad, impotencia, una sensación de un escalofrío doloroso que recorre el cuerpo en su totalidad, sentir que por más rápido que se muevan las piernas se quedarán resbalando e inestables en una laguna de arena tragadora de hombres.

Que los latidos que impulsan la sangre no van a ningún lado y que nunca volverán, que le demos tanta importancia a la vida que tanto odiamos... Que la bipolaridad que rige nuestras vidas se aplique a todo aquello percibido por la vista.

Que la existencia me parezca tan vanal como para decir que veo la muerte como recompensa. Sufrir por sangre, tiempo y polvo, y expresarlo en tinta. Nunca llegaré a comprender por qué se busca la felicidad a través del sufrimiento.

De ella y de su beso

"Sé que un beso no es suficiente..." Pero de un instante, desde ese simple roce de labios pensé, sentí y contemplé mis brazos alrededor de ella, su cuerpo desnudo y tibio reposando junto al mío. De un toque tan tierno, delicado, suave y breve de sus deliciosos labios; de ahí nace cómo la toco en mis sueños, cómo las palmas de las yemas de mis dedos perciben electricidad pura al deslizarse sutilmente por su vientre, sus costados y su espalda; cómo me divide y despedaza el deseo de contemplarla, cómo me atormentan sus labios que aparecen como mensaje subliminal saltando constantemente entre mis pensamientos, colándose, escabulléndose en mi mente y plantando una semilla que ambos queremos que germine convirtiéndose en una fuerza tractora imposible de contrarrestar...Y empeñado en cerrar los espacios entre nosotros, así esta noche soñaré.

La cama roja

Maltratada por la vida y las manos de ese ogro, su maleta yace sobre su cómoda y sus ganas de irse se van antes que ella.
Las siluetas de sus ojos y sus labios lucen aborrascadas, sus lágrimas llenas de carbón caen sobre sus perfectos senos y ruedan hasta donde no pueden ser divisadas a simple vista.
-Hoy respiro sólo porque el cuerpo me impide dejar de respirar; nada de lo que haga le causará el dolor que le deseo a ese desgraciado.- pensó.


Sollozaba recostada en la cama, con su ropa de viaje y su maquillaje, deshecho por las regaderas de sus ojos, se hacía más impreciso. Su boca era una tumba que lloraba esgrimiendo sólo cosas indescifrables con un sólo significado la tristeza.

-Después de tanta satisfacción prometida lo entregado fue sólo penas, amarguras y más que suficiente dolor.

Se levantó hasta sentarse en la orilla de la cama, podía ver la silueta del maldito, su sombra se proyectaba sobre los libros de química y biología que estaban adosados a la pared.
-Todo esto es perfecto, todo es perfecto; es todo lo que siempre deseé para una vida infeliz, todo lo que se puede esperar del infierno.- Se dijo a sí misma.

Tomó impulso y de un buen rebote se puso de pie, dejó sus zapatos al lado de la cama para no hacer ruido con sus pies descalzos; avanzó callada a través de la sala iluminada sólo por los destellos del televisor hasta la cocina sin tocar ninguna de las puertas. Él estaba en la sala estacionando su robusto trasero frente al televisor.
-Al parecer no puede dejar pasar el juego ni siquiera después de golpear a su mujer.-Pensó ella.

Respiró hasta sentir que el aire la atravesaba y no movió sus pies descalzos firmemente plantados en los mosaicos del piso de la cocina hasta que el cuchillo que tenía empuñado dejó de pesar toneladas de culpa. Caminó en cuanto se sintió libre y se posó tan silenciosa como una sombra de ojos rojos detrás del yankee empedernido que le gritaba al televisor con una mano en el control y la otra en su entrepierna.

Él silenció el juego y con una mueca desagradable en su cara gritó hacia la habitación:
-Prepárame algo que la pelota no baja sola.
Ella siguió inmóvil detrás de él, visualizando cada una de las estocadas, cómo se hundiría aquel cuchillo santoku por debajo de su piel en cada corte, cómo correría la sangre sobre el sillón y cómo se bañaría en ella jubilosamente de ser necesario.

-¡Qué pasó?, ¿Te dejé sorda fue? -gritó él mientras conectaban un doble en la televisión.
-Ya voy mi amor.-Respondió con voz impotente desde la cocina...

Reflexiones sobre un pasado real.

Hoy es hoy, ayer es ayer; las cosas son, evidentemente, lo que las cosas son. No hay ningún sentido en disfrazarlas para hacerlas más interesantes cuando se sabe lo que realmente son en el fondo. Con el corazón firme al ritmo de un buen Rock'n'Roll se descubren cosas que de ninguna otra manera podría uno atreverse a descubrir. Sólo a través de experiencias se puede constatar que lo que pasa realmente no es nada, que no tiene punto adherirse a caprichos venideros, mentir, temerle a las cosas o preocuparse con ellas, o lo que es peor, mantener odio o desprecio por más tiempo de lo necesario hacia otras personas.
El miedo, la ira, la tristeza, el odio son todos sentimientos necesarios y válidos en la vida de una persona, pueden ser considerados minerales del alma de los que conviene evitar sobredosis; son sentimientos que deben venir e irse, no quedarse con nosotros para mostrar sus feas caras en aquel rincón oscuro de la esquina personal de nuestras vidas.
Uno puede volverse insensible a muchas emociones y quedar un tanto comprometido al sobreexponerse a experiencias que puedan afectar tu marco referencial y las concepciones de lo que realmente está bien o está mal. Es horrible presenciar cómo uno mismo puede deshumanizarse tanto como para olvidar el trato apropiado en situaciones interpersonales. La decadencia y la degeneración moral pueden ser implacables y cambiar todas las convicciones que uno cree que tiene bien definidas.
Aunque dejarse llevar resulte engañosamente placentero, es fundamental tener pleno conocimiento de las convicciones que se tenían antes de sentirse corrupto. Siempre se piensa que mientras las cosas no salgan mal, están bien, que siempre que se sepa lo que está bien no se es mala persona. Nadie piensa realmente en lo que se hace y se dice, o en lo que pueda significar para las personas del entorno en el cual uno se desenvuelve; nadie piensa en que las manos seductoras del súcubo llamado corrupción los harán olvidar que ser bueno es bueno, o que se siente bien.
Pero,¿hasta qué punto puede ser uno seducido hacia el olvido inexorable?, ¿dónde se traza la línea que cada uno tiene derecho a trazar libremente donde se les pegue la gana entre el bien y el mal? ¿Cuál es la referencia para saber que se es justo y no inmoral?

La llave está en la verdadera humanidad, en algo aún más esencial que nuestros instintos básicos.
Los que pernocten en la oscuridad sabrán que tienen vuelta atrás, pero no querrán aceptarlo.
De lo más básico es recordar: Lo que pasa no es nada, lo que se queda es lo que importa.

Las flores crecen bajo constante supervisión, si florecen o no, es asunto de ellas.

Hoy me han vuelto a sentar en esa banca, fuera del juego, lejos de la competencia. Totalmente en contra de mi voluntad, me adhiero a la banca porque aunque el juego sigue no me conviene apostar, aunque no disfrute un sólo segundo viendo a otro robarse sus bases, ganar sus tie-breaks o anotar sus touchdowns, aunque la ira me deje ciego al golpear mi cara con la pared como amonestación, aunque duela y tenga que soportar el chirrido de mis dientes; sabía que todo esto venía, tuve la culpa, y este es mi castigo.
Después de pasar largos siglos sin sentir, sin sonreír, sin gozar, en un momento tuve todo contigo; la sonrisa, el gozo, el sentimiento, la esperanza. Todo tiene su fin, y por desgraciado que sea, este es el nuestro. Y que el inmenso dolor que retuerce mi columna vertebral y hace que se quiebren mis costillas sea un buen indicador para recordarme que estoy vivo, justo como lo hiciste tú. Recordaré ser más cuidadoso y menos humano, así mi concha misteriosa de la pena se verá imbuida por una larga reverberación del dolor y la experiencia que viene de sus entrañas.

Semen

Era una tarde ceniza, llovía a cántaros y había mucho tránsito. Las gotas de agua se estrellaban en la ventana como pequeños kamikazes furiosos y el viento arremetía con soplos erráticos sobre las puertas de vidrio del balcón.
Sobre el cenicero yacía un cigarrillo, casi al apagarse, emitía un fino hilo de humo que subía en el aire como lo haría en el agua un pez dorado que pasa a mejor vida; detrás de ese hilo se ocultaba Gustavo, estaba tan roto como un espejo, sentado en el sofá. Empuñaba una botella de whisky y parecía besarla con desesperación cada vez que la subía.
El alcohol se sentía dulce y frío mientras bajaba en cascada por sus fauces; así se sentía para él, pues en su boca se albergaba el sabor más amargo que adquirió al besar esos carnosos labios rojos. Gustavo sólo podía repetir esa horrorosa película miles de veces en su mente, y en cada repetición sentía que su corazón escalaba más arriba por su garganta para tratar de sofocarlo hasta morir.
"Por favor, amigo corazón, por favor deja de luchar por nuestra vida, no me permitas volver a verle la cara, si es que cara le queda."-Pensaba Gustavo.
De alguna forma, sorprendente hasta para él, se levantó y caminó hacia su habitación. Estaba clavado ante la puerta cerrada; puso su mano libre sobre ésta mientras repetía un beso apasionado a la botella.
Agarró la perilla y sintió tomar la mano del mismo diablo en persona; cuando la torció y la empujó un intenso olor a sexo se abalanzó sobre él y forzó su entrada por entre sus fosas y su garganta.
La imaginó en decenas de posiciones con sus piernas abiertas y gritando un placer inmenso. Gustavo caminó mientras pudo entre los arrabales de ropa que yacía fresca con la esencia erótica que inundaba el ambiente; no pudo evitar caer sentado en la cama por un peso inmenso que sintió sobre sus hombros.
De pronto sintió una asfixiante presión en el pecho y pensó:
"Gracias corazón, gracias corazón."

Mi heroína

Me gusta el color de tu piel, su textura y su suave sentir, cómo responde a la respiración, cómo sonríes cuando hago uno de mis estúpidos chistes. Tus labios de cielo y tus risueños ojos son todo el paraíso que necesito; cualquier religión estaría celosa de lo que tenemos.

Tu sonrisa me hace sonreír, olvidarme de todo lo que hay a nuestro alrededor. Eres tan igual y desigual, indefinida, impredecible, adorable y ridículamente hermosa; imposible de creer.

Ojos brillantes cubiertos de miel, cálidos, amistosos, encantadores... Adictivos...
Sin importar lo que diga nadie; creo en tí. Adoro morir deliciosamente entre tus brazos, con mis dedos correteando entre tu pelo y mis manos sobre todo tu cuerpo de diosa.

Sobre todo, me encanta cuando tomas mi aliento sin pedirlo, cuando sonríes con frialdad amorosa, cuando me haces creer que me odias amándome, cuando detonas esa serie de sentimientos conflictivos y contradictorios inyectándote en mi torrente sanguíneo como si fueras de la más pura heroína.
Y ciertamente mi heroína eres, pues no preferiría que otra me salvase de sí misma; eres salvación y perdición en ese laberinto que sólo a nosotros dos nos encanta llamar amor.

Me encanta como tan lentamente te metiste debajo de mi piel hasta detrás de mi cerebro, invadiéndome lentamente, consumiéndome, haciéndome tuyo por siempre. Y qué sería de mí sin hacerte mía? Ambos nos hacemos de los dos mientras nos destruye el anhelo de que nuestros cuerpos se difuminen y salgan de control.

Utopía.

Manos sudadas, frustración por no saber expresar lo que quiero, calor y cólera. Cueces algo tan grande detrás de mis ojos que de ahí una espiral de fuego me pasa por el cuello hasta el pecho, algo tan inmenso que me frustro al no poder comunicarlo, podría hacértelo saber y claro que podría decir algo, pero nada que mis labios puedan esgrimmir y nada que mis manos puedan realizar será suficiente para colmar el concepto de qué tan grande es mi necesidad de ti . Te necesito...Más que respirar, dormir o vivir; ¿Y para qué vivir? Las únicas coartadas que tengo para vivir son la música, el cine, y la promesa ilusa que yo mismo he forjado de que algún día sabré conocer tu alma, todo lo que nadie más que tú puede pensar, que podré amar cada centímetro tuyo dentro y fuera de tu cuerpo, que estarás tan feliz conmigo como lo estaré contigo...

Esto no está ni cerca de todo lo que tengo que decir... Espere

GRIS!

Gris... todo es gris; mi sangre, mi reflejo en el espejo que también es gris, mi voz, el calor, hasta la gota de sudor que patina por el lado de mi cara es gris...
Aturdimiento, cansancio y desorientación, picazón en la barbilla donde renacen líneas negras que alguna vez fueron taladas. Presto atención a los detalles que no lo ameritan, pues ya estoy cansado de la misma habitación, del mismo espejo frente a mi cama, de la misma ventana que da al callejón y entonces examino cuidadosa y meticulosamente el asidero del armario, o cuantos mosaicos hay en mi piso, cuento repetidamente las esquinas del techo para asegurarme de que son cuatro y que no he muerto aún por la falta del contacto humano. Miro las paredes y vigilo que no se tuerzan, que se queden de su mismo color y que no traten de atacarme mientras duermo.
Todo es gris, todo menos tú...

Viernes Santo

Ya las cosas no van para ningún lado, me siento y me recuesto sobre la pared adyacente a mi cama mientras que mi familia está en conjunto, conviviendo en la sala o en el comedor... Ni te conozco y ya te extraño mientras escucho hey there Delilah... Tengo miles de razones para estar mejor, pero me acurruco en el vacío que poco trabajo te costó labrar... Me consume... me besa... me traga entero. Me hace sentir querido y necesitado ese pequeño espacio de infierno que haz construido dentro de mi.
Y lo peor de todo... es que me quiero quedar; prefiero acostarme y morir en ese espacio que me recuerda a ti, en vez de vivir con el auge de las cosas terrenales que todos consideran esenciales...
Me quiero quedar!

JA! Toma eso vida! Sos puta!

Qué personalidad; Qué felicidad y contentura contínuas que hacen de ti una loca amante de la vida. No eres perfecta y estoy contento por eso!
Para qué sirve la perfección? No eres perfecta pero así te quiero,
Esa loca despeinada, y desarreglada es por quien muero
Y qué será si no más que un sueño?
Debe serlo, es perfecto.

Eres perfecta de mi manera imperfecta, y yo el perfecto imperfecto para ti.
Qué par de locos queda mejor que nosotros dos?
La respuesta es nadie,

Somos la pareja de los perfectos imperfectos, perfectos el uno para el otro.
No eres perfecta, pero eres lo máximo! No soy perfecto, pero haré el mejor de mis esfuerzos por ser tu imperfecto perfecto.
Con amor!

Cupido

Este es un poema que escribí para cierto ángel, que de cierta manera es especial para mi, ¿Por qué? porque es un ángel hermoso de carne y hueso.



El cielo se viste de gris si no estás conmigo,
y no quiero volver a escribir si no es para ti,
quiero ser tu mejor amante y amigo,
así no podré escribir de la lluvia gris.

Dejé de escribir por un “amor” fallido,
Mas no puedo pensar que fuese por ti,
Pues eres mi ángel, el ángel Cupido
lo que quiero es amarte y besarte sin fin.
Y qué puedes pensar, si no me conoces,
¿Acaso soy un extraño, enamorado de ti?
no puedo dejar de escuchar las voces
que me dicen que el amor está por venir.
Si, lo creo, a la vuelta de la esquina,
Ahí me encontré un ángel con falta de autoestima.
Acomplejada, un ángel tan bello,
Sin más, la beldad de un sueño.
Tú, mi ángel modesta
No aceptas tu belleza.

Quiero que sepas que dondequiera que estés, siempre serás mi ángel.

Facundo! Episodio 2

Facundo! Episodio 1